Genero Pasillo |
La ruana:
La capa del viejo hidalgo,
Se rompe para hacer ruana
Y cuatro rayas confunden
El castillo y la cabaña,
Es fundadora de pueblos
Con el tiple y con el hacha,
Y con el perro andariego
Que se tragó las montañas.
Abrigo de macho macho,
Cobija de cuna paisa,
Sombra fiel de mis abuelos
Y tesoro de la patria.
Sabor de pecado dulce
Y dulce calor de faldas
Grita con sus cuatro puntas
El abrazo de la ruana.
Porque tengo noble ancestro
De Don Quijote y Quimbaya,
Hice una ruana antioqueña
De una capa castellana
Por eso cuando sus pliegues
Abrazo y ellos me abrazan,
Siento que mi ruana altiva
Me está abrigando es el alma.
Abrigo de macho macho,
Cobija de cuna paisa,
Sombra fiel de mis abuelos
Y tesoro de la patria.
Sabor de pecado dulce
Y dulce calor de faldas
Grita con sus cuatro puntas
El abrazo de la ruana. | Las Acacias:
Ya no vive nadie en ella
y a la orilla del camino silenciosa esta la casa
se diría que sus puertas se cerraron para siempre
se cerraron para siempre sus ventanas
Ya no vive nadie en ella
y a la orilla del camino silenciosa esta la casa
se diría que sus puertas se cerraron para siempre
se cerraron para siempre sus ventanas
Gime el viento en los aleros
desmoronanse las tapias
ya sus puertas cabecean
combatidas por el viento las acacias,
combatidas por el viento las acacias.
Dolorido, fatigado de este viaje de la vida
he pasado por las puertas de la estancia
y una historia me contaron las acacias
todo ha muerto, la alegría y el bullicio.
Los que fueron la alegría y el calor de aquella casa
se marcharon unos muertos y otros vivos
que tenían muerta el alma
se marcharon para siempre de la casa. | Antioqueñita:
Antioqueña, que tienes negros los ojos
El cabello rizado, los labios rojos,
Antioqueñita, antioqueñita
La palma del desierto no es tan bonita.
Antioqueña, que vives cerca a los montes
Donde son mas inmensos los horizontes
Por ti daría, por ti daría
Los sueños más hermosos del alma mía.
Antioqueña, que miras como una diosa
Y tienes las mejillas color de rosa
Por ti se calma, por ti se calma
La tempestad que ruge dentro del alma.
Quien pudiera a tu oído decir ternezas
Y en tus brazos librarme de mis tristezas
Antioqueñita, antioqueñita
Del jardín de Colombia la más bonita
|
El camino de la vida:
Deprisa como el viento van pasando
los días y las noches de la infancia
un ángel nos depara sus cuidados
mientras sus manos tejen las distancias
Después llegan los años juveniles
los juegos los amigos el colegio
el alma ya define sus perfiles
y empieza el corazón de pronto a cultivar un sueño
Y brotan como un manantial
las mieles del primer amor
el alma ya quiere volar
y vuela tras una ilusión
Y aprendemos que el dolor y la alegría
son la esencia permanente de la vida
Y luego cuando somos dos
luchando por un ideal
formamos un nido de amor
refugio que se llama hogar
y empezamos otra etapa del camino
un hombre una mujer
unidos por la fe y la esperanza
Los frutos de la unión que Dios bendijo
alegran el hogar con su presencia
a quien se quiere mas si no a los hijos
son la prolongación de la existencia
Después cuantos esfuerzos y desvelos
para que no les falte nunca nada
para que cuando crezcan lleguen lejos
y puedan alcanzar esa felicidad tan anhelada
Y brotan como un manantial los sueños de su corazón
sus almas ya quieren volar y vuelan tras una ilusión
y descubren que el dolor y la alegría
son la esencia permanente de la vida
Mas luego cuando ellos se van
algunos sin decir adiós
el frió de la soledad
golpea nuestro corazón
Es por eso amor mió que te pido
como le pido a dios
si llego a la vejes que estés conmigo | Yo tambien tuve 20 años:
Yo también tuve 20 años
y un corazón vagabundo,
yo también tuve alegrías
y profundos desengaños.
Yo también tuve 20 años
que en mi vida florecieron
20 años que a mí llegaron
se fueron y no volvieron.
Por eso desde la cima
de mis ardorosos años,
miro pasar hoy la vida
sin que me haga bien ni daño,
porque tuve la fortuna
de vivirla sin engaños,
para contar sin nostalgia
que también tuve 20 años. | Los guaduales: Lloran, lloran los guaduales
porque también tienen alma;
y los he visto llorando,
y los he visto llorando
cuando en las tardes
los estremece el viento en los valles. (BIS)
También los he visto alegres
entrelazados mirarse al río;
danzar al agreste canto
que dan las mirlas y las cigarras.
Envueltos en polvaredas
que se levantan en los caminos;
caminos que azota el viento
al paso alegre del campesino. (bis)
Y todos vamos llorando
o cantando por la vida.
Somos como los guaduales
a la vera del camino. |
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